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jueves, noviembre 10, 2005

La gran omisión peruana, en su intento por cambiar el límite marítimo con Chile

Perú dice que el tratado de 1954, sólo es una acuerdo pesquero. Por lo otro lado, dice que el tratado de 1952 sólo define el límite con Ecuador, pues en Chile no hay islas en la costa próximas a la frontera de ambos paises. Error. Frente al Morro de Arica, existe la Isla Alacrán, que fue unida artificialmente en 1967. ¿o ahora los peruanos van a comenzar a discutir que es y que no es una isla?


DECLARACIÓN DE SANTIAGO
(“Declaración sobre Zona Marítima”)

1.- Los Gobiernos tienen la obligación de asegurar a sus pueblos las necesarias condiciones de subsistencia y de procurarles los medios para su desarrollo económico.

2.- En consecuencia, es su deber cuidar de la conservación y protección de sus recursos naturales y reglamentar el aprovechamiento de ellos a fin de obtener las mejores ventajas para sus respectivos países.

3.- Por lo tanto, es también su deber impedir que una explotación de dichos bienes, fuera del alcance de su jurisdicción, ponga en peligro la existencia, integridad y conservación de esas riquezas en perjuicio de los pueblos que, por su posición geográfica, poseen en sus mares fuentes insustituibles de subsistencia y de recursos económicos que les son vitales.

Por las consideraciones expuestas, los Gobiernos de Chile, Ecuador y Perú, decididos a conservar y asegurar para sus pueblos respectivos, las riquezas naturales de las zonas del mar que baña sus costas, formulan la siguiente Declaración:

I) Los factores biológicos y geológicos que condicionan la existencia, conservación y desarrollo de la fauna y flora marítimas en las aguas que bañan las costas de los países declarantes, hacen que la antigua extensión del mar territorial y de la zona contigua sean insuficientes para la conservación, desarrollo y aprovechamiento de esas riquezas, a que tienen derecho los países costeros.

II) Como consecuencia de estos hechos, los Gobiernos de Chile, Ecuador y Perú proclaman como norma de su política internacional marítima, la soberanía y jurisdicción exclusivas que a cada uno de ellos corresponde sobre el mar que baña las costas de sus respectivos países, hasta una distancia mínima de 200 millas marinas desde las referidas costas.

III) La jurisdicción y soberanía exclusivas sobre la zona marítima indicada, incluye también la soberanía y jurisdicción exclusivas sobre el suelo y subsuelo que a ella corresponde.

IV) En el caso de territorio insular, la zona de 200 millas marinas se aplicará en todo el contorno de la isla o grupo de islas. Si una isla o grupo de islas pertenecientes a uno de los países declarantes estuviere a menos de 200 millas marinas de la zona marítima general que corresponde a otro de ellos, la zona marítima de esta isla o grupo de islas quedará limitada por el paralelo del punto en que llega al mar la frontera terrestre de los Estados respectivos.

V) La presente Declaración no significa desconocimiento de las necesarias limitaciones al ejercicio de la soberanía y jurisdicción establecidas por el Derecho Internacional, en favor del paso inocente e inofensivo, a través de la zona señalada, para las naves de todas las naciones.

VI). Los Gobiernos de Chile, Ecuador y Perú expresan su propósito de suscribir acuerdos o convenciones para la aplicación de los principios indicados en esta Declaración en los cuales se establecerán normas generales destinadas a reglamentar y proteger la caza y la pesca dentro de la zona marítima que les corresponde, y a regular y coordinar la explotación y aprovechamiento de cualquier otro género de productos o riquezas naturales existentes en dichas aguas y que sean de interés común.

Santiago, 18 de agosto de 1952.

(Firmado:) Julio Ruiz Bourgeois, Delegado de Chile.
(Firmado:) Jorge Fernández Salazar, Delegado del Ecuador.
(Firmado:) Dr. Alberto Ulloa, Delegado del Perú.
(Firmado:) Fernando Guarello, Secretario General.

Chile iniciará negociaciones comerciales con Japón e India este mes

El jefe de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), Carlos Furche, anunció hoy miércoles que Chile podría anunciar el inicio de negociaciones con Japón para un tratado de libre comercio durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Corea del Sur.

Furche señaló que los estudios de factibilidad para iniciar una eventual negociación concluirán en los próximos días, pero aclaró que la decisión de ir adelante no está en sus manos.

"Existe la probabilidad de que se anuncie en APEC (...) aunque la verdad es que la decisión le corresponde a las autoridades de ambos países y fundamentalmente a Japón, porque es conocido que Chile ha expresado su interés de negociar", explicó.

En los últimos años el flujo comercial entre ambos países ha experimentado una importante alza, con un saldo muy positivo para Chile, apoyado en los envíos de cobre, celulosa y salmón.

En los primeros nueve meses de este año, las exportaciones chilenas a Japón alcanzaron los US$3.235 millones, un 18,2% más que en igual lapso del 2004. Las importaciones desde la nación nipona llegaron a US$678,5 millones, un alza del 30% frente al mismo período del año pasado.

Sin embargo, el término exitoso de una eventual negociación no está asegurado, admitió Furche, debido a la sensibilidad y protección de Japón por sus productos agrícolas, rubro en el que Chile cuenta también con un importante potencial.

INDIA: EL PRÓXIMO SOCIO

Asimismo, el director de la Direcon confirmó que Chile y China tienen previsto firmar el tratado de libre comercio en la cumbre de la APEC, que se desarrollará entre el 18 y 19 de noviembre en Corea del Sur.

En Asia, Chile ya tiene en vigencia un acuerdo con Corea del Sur y en la última semana de noviembre podría sellar con India, en Nueva Delhi, un tratado de "alcance parcial".

"Tenemos expectativas de que vamos a lograr avances sustanciales. Ahora, que podamos cerrar el acuerdo, dependerá de la evaluación que hagamos allá", dijo Furche en referencia a la posibilidad de alcanzar un pacto con India.

"Este tratado no es comparable con China (...) No obstante, es un primer paso para comenzar un TLC con India", agregó.

UPI

Santiago-Lima vía La Paz

La decisión de Lagos de rechazar con fuerza las pretensiones peruanas de modificar el límite marítimo entre ambos países lo hizo cometer errores que fueron hábilmente aprovechados por Lima. Molesto con Toledo, Bolivia asoma como su carta más audaz para complicar al país del norte.

"No hay ninguna medida de carácter extraordinario". La mañana del jueves, el ministro del Interior, Francisco Vidal, se esforzaba en desmentir las versiones de prensa que apuntaban a movimientos de tropas que se estarían realizando para reforzar la frontera con Perú, en el marco de la escalada de declaraciones, réplicas y contrarréplicas que tanto desde Santiago como Lima se enviaron durante la semana más tensa que recuerden las relaciones entre ambos países en las últimas tres décadas.

Era uno de los primeros paños fríos que La Moneda intentaba aplicar luego de que los mensajes a ambos lados de la Línea de la Concordia comenzaran a adquirir con demasiada rapidez un peligroso nivel de belicosidad.

Pero el desmentido oficial se contraponía con el hecho que, a esa misma hora, efectivamente un importante contingente de carabineros asentados en Copiapó y La Serena había recibido la orden de reforzar los Puestos de Observación Fronteriza (POF) en la zona norte.

No era la única medida. Todos los permisos administrativos y feriados del personal de las Fuerzas Armadas en la I y II región habían sido suspendidos hasta nuevo aviso. Lo mismo ocurrió con las maniobras conjuntas de fin de año entre las tres ramas castrenses, y la Cuarta Zona Naval de Iquique, así como la V Brigada Aérea, con asiento en Antofagasta, quedaban en estado de alerta.

Incluso, en el Ministerio de Defensa reconocen que hasta se le habría pedido al recién entregado submarino Scorpene, que viaja por el Atlántico en dirección a Chile, que acelerara su marcha, a pesar de los rumores que aseguran que vendría navegando con un solo motor.

Las medidas -que son normales cuando existe algún grado de tensión con una potencia extranjera- eran la consecuencia lógica de la forma en que la crisis fue dirigida desde un comienzo por el propio Presidente Lagos. La misma que, en voz baja, fuentes involucradas en el tema reconocen adquirió un tono destemplado con algunos errores de cálculo.

Toledo lo hace otra vez

Desde hace al menos dos años el comité de conflictos que depende del Ministerio Secretaría General de la Presidencia -que asesora al comité político de La Moneda y a los distintos ministerios- venía analizando el interés de Perú por redefinir el límite marítimo con Chile a través de una comisión que preparara un plan de líneas de base, para posteriormente oficializarlas a través de una ley.

Pero, como reconocen en la sede de gobierno, la administración laguista se mantuvo fiel a la tónica de los anteriores gobiernos de la Concertación, ignorando las reivindicaciones peruanas bajo la premisa de que los limítes quedaron definitivamente zanjados con el Tratado de 1929.

Ni siquiera el año pasado, cuando el Presidente Alejandro Toledo propuso constituir una comisión mixta con Chile para revisar el tema, con la advertencia que si no lo hacían Lima recurriría a la Corte Internacional de La Haya, Lagos cambió de postura. Al contrario, se fortaleció luego que ese país nunca concretara su amenaza. "Perú estuvo buscando estudios de abogados europeos, pero nadie les aceptó el caso y le recomendaron que no lo hicieran", asegura una alta fuente del Ministerio de Defensa.

En La Moneda mencionan, con una mezcla de desazón y disgusto, otro factor para no haber intervenido mayormente en el tema: el doble juego del propio presidente Alejandro Toledo.

Las veces que Lagos abordó con su par altiplánico éste y otros problemas de la agenda bilateral, como el caso Luksic -la última de ellas durante la Cumbre Sudamericana en Brasilia, en septiembre pasado- Toledo siempre calmó las inquietudes del gobernante chileno. "Pero siempre nos ha dicho una cosa y después hace otra, y esa actitud sibilina al Presidente le carga", admiten en el gobierno, donde se quejan que, dada la precaria situación política del peruano, nunca ha sido una contraparte confiable.

Por lo mismo, cuando el propio Toledo dio las primeras señales de que impulsaría por fin el mentado proyecto de ley para modificar unilateralmente el límite marítimo con nuestro país, la cautela chilena dio paso a las primeras alarmas.

El martes 25 de octubre Lagos recibió de la Armada el primer aviso de que la iniciativa peruana estaba en marcha, lo que sería ratificado después por otros canales. Al día siguiente, el comité político -los ministros Francisco Vidal, Osvaldo Puccio y Eduardo Dockendorf- analizó en reserva la situación que se generaba y estableció una coordinación con Cancillería y las embajadas en la región para enfrentar el impasse que se anunciaba.

Cuando el jueves en la página web del Congreso peruano apareció el proyecto en tabla y "El Mercurio" lo dio a conocer el viernes, el caso se hacía público, el embargo en el gobierno terminaba y los ministros políticos volvían a reunirse, junto al canciller (s) Cristián Barros y el titular de Defensa, Jaime Ravinet.

A esas alturas, el mandatario estaba muy molesto. Por un lado sentía que de parte de Chile hubo una excesiva tolerancia hacia Perú, atendiendo a sus problemas internos, pero esa comprensión se contraponía con la normativa vigente favorable a nuestro país y con la responsabilidad que sentía Lagos de que más adelante se le criticara por no haber reaccionado con energía, como lo hizo en enero de 2004, cuando ofreció relaciones "aquí y ahora" a Bolivia.

Un país que, precisamente, comenzó a observar con atención las asperezas entre Perú y Chile. A esas alturas, en el gobierno incluso se especulaba con que Lima estuviese jugando su última oportunidad de provocar a Chile antes de recibir las adquisiciones militares que lo dejarán en un plano de superioridad bélica en la región por varias décadas.

Entonces, Lagos pasó a la ofensiva.

La Moneda tropieza

Aunque en el gobierno defienden el plan diseñado para defender la postura chilena, también se reconoce que provocó efectos no deseados.

El primero fue el ímpetu con el que partió la arremetida chilena, buscando informar a los países de la región sobre nuestra postura. Al anunciar el viernes que se pondría en antecedentes a la OEA -en manos del chileno José Miguel Insulza- dio la señal implícita de querer multilateralizar el tema y, de paso, complicó al ex ministro por los inevitables cuestionamientos a su imparcialidad.

Ese mismo día Lagos se reunió por separado en Palacio con los embajadores de Estados Unidos y Gran Bretaña para ponerlos al tanto. Con el primero, por ser árbitro del Tratado de 1929, y con el segundo por ejercer la presidencia actual de la Unión Europea.

Asimismo, la decisión de enviar el domingo al vocero Osvaldo Puccio a una gira relámpago por Brasilia y Buenos Aires, mientras la directora de Fronteras y Límites, María Teresa Infante, hacía lo propio en La Paz, y el subdirector de ese organismo, Patricio Pozo, y el subsecretario de Marina, Gonzalo García, viajaban a Quito, afianzó la idea de que Santiago salía a pedir ayuda en la región.

¿Por qué ese despliegue tan visible en lugar de que los embajadores hicieran las mismas gestiones? La respuesta que dan en La Moneda es que la delicada información que se debía tratar exigía tanta precisión, que los emisarios llevaban consigo mapas, documentos y cartografías esenciales para fundamentar la tesis chilena. "Se podrían haber enviado por valija diplomática, pero había que actuar con la mayor rapidez", argumentan.

Con todo, el resultado dejó un cierto sabor amargo en el gobierno. Perú supo aprovechar muy bien el abandono del diálogo bilateral por parte de Chile y la recepción en algunos países no fue la esperada, particularmente en Quito, otrora un aliado incondicional de nuestro país, pero que ahora evitaba a toda costa explicitar un apoyo a las pretensiones chlenas.

"Lo de Ecuador no lo esperábamos. No dimensionamos la compleja situación que hay allá, pero sabemos que sus Fuerzas Armadas están con Chile e indignadas con la actitud débil de su gobierno", explican en Defensa.

El último error tuvo una dimensión netamente local, pero Lima también la aprovechó en su favor y fue ampliamente reproducida en la prensa peruana: la cena de Lagos con la abanderada oficialista Michelle Bachelet la noche del domingo, con quien analizó el conflicto y desató fuertes críticas del resto de los candidatos, quienes antes lo habían apoyado.

Fue el argumento perfecto para que las autoridades del Rímac dieran vuelta el argumento en su contra y acusaran a Chile de atizar el diferendo con fines electorales. Aunque había sido agendada con anterioridad, admiten que pudieron haberla suspendido.

Bajando el tono

Pese a la molestia que tienen con Toledo, en Palacio sindican a Torre Tagle, la cancillería limeña, como la gran instigadora del cambio de las líneas de base. "Es ahí donde está mayoritariamente el clima antichileno", acusan. Y, pese a que con la Armada chilena mantiene una buena relación, la Marina de Guerra del Perú la ha secundado en este propósito.

En el gobierno aseguran que la fuerza y el tono empleados por el Presidente sorprendieron a la nación vecina. "Lagos quiso transmitir que Chile no estaba disponible para una aventura diplomática por razones de política interna del Perú", sostiene un ministro.

Pero al mismo tiempo ese tono áspero quemó rápidamente varias instancias de diálogo. Como reconocen en el Diego Portales, "con el discurso colérico de Chile habría que hundir el primer barco peruano que traspase el límite, si no queremos parecer inconsecuentes. Claro que sería una señal brutal".

Por eso, los lazos entre las fuerzas navales de ambos países cobrarán importancia para mantener regulado el conflicto. "No vamos a hundir ningún barco, sólo apresarlo, como ha ocurrido muchas veces ahí mismo y también pasó en su momento en el Beagle", dicen en Palacio.

Pero el esfuerzo de los últimos días por bajarle grados a la temperatura bilateral y quedar en compás de espera es sólo un movimiento táctico. La estrategia a futuro, en caso que el conflicto se prolongue, como se prevé, seguirá siendo dura.

En el gobierno descartan de plano someter el diferendo a un arbitraje, al menos como una iniciativa chilena, ya que Lagos se abrió el viernes, en la cumbre de las Américas en Mar del Plata, a someter el tema a la Corte Internacional de La Haya si Perú decide recurrir a esa instancia.

Si lo hace, será ese país quien deberá incurrir en todos los costes asociados al largo tiempo que se toma ese tribunal para estudiar los casos.

Mientras, Chile tomará sus propias acciones. "La idea es no contaminar esto a nivel regional, pero sí contrastar la escasa legitimidad de Toledo con la seriedad de Chile para dejarlo aislado", enfatiza un ministro. Pero la misma fuente admite que en este plan no se descarta aprovechar al tercer actor que ha observado todo el episodio con especial interés.

Bolivia entra al ruedo

Si en La Paz observaron con incredulidad y satisfacción el aparente giro chileno hacia la multilateralidad, no tardaron en consignar que la nueva ley peruana deja a ese país sin capacidad de juego para seguir negociando con Chile una salida soberana al mar, porque la línea equidistante (ver infografía) impediría proyectar el corredor hacia el océano.

Si bien esa proyección es algo que nunca se ha discutió en las tratativas chileno-bolivianas, las pretensiones de este último país debilitan -a ojos de La Moneda- la posición peruana y enturbian aun más las relaciones en la región, acrecentando el costo para Lima. Con eso en mente, una fuente de gobierno reconoce que estudian la posibilidad de buscar una "solución de contexto" con Bolivia.

En el Ejecutivo hay quienes creen que, si el impasse sigue escalando, ofrecerle un corredor a La Paz puede terminar siendo más conveniente para Chile que aceptar el trazado peruano. Y que Bolivia pedirá, al menos, sumarse a una eventual negociación entre sus dos vecinos.

Estados Unidos mira con simpatía la posibilidad de un arreglo que ayude a aminorar la tensión social que ahoga al país mediterráneo y que constituye un foco de inestabilidad para toda la región. Así lo reiteró el embajador Craig Kelly en su reunión con Lagos el viernes 30.

En el gobierno saben que para Washington, Chile es uno de los pocos aliados confiables que tiene en América Latina y que buscará acrecentar aún más ese status con una señal que en La Moneda anuncian como inminente: el nombramiento de nuestro país como "aliado extra OTAN" por parte de la alianza de defensa europeo-norteamericana.

Una distinción que acrecentaría el peso político de Chile en Sudamérica, pero al mismo tiempo la baja simpatía que ya ostenta en el vecindario, que ha llevado a algunos personeros a calificar el país como el "Israel de América Latina". "No está claro si nos conviene aceptar, pero sí que al menos se sepa que somos candidatos a serlo", comenta un ministro.

Al menos, en Lima y La Paz.

martes, noviembre 08, 2005

Perú impone temas de campaña presidencial chilena

Como chileno común, me gustaría decirle a los candidatos, que a los chilenos no nos interesan los temas que Perú ha impuesto astutamente en la campaña presidencial.

Nosotros queremos escuchar propuestas de futuro, no nos interesa si Fujimori es o no un ladrón o un asesino, ese es problema de los peruanos.

Tampoco nos interesa saber más de leyes peruanas absurdas, que intentan desconocer 50 años de pactos previos.

¡No dejen que Perú (un país inestable y con un nivel de política deplorable) nos imponga los temas en Chile! ¡Ya basta! El chino será extraditado si corresponde. El mar, sera defendido ante los tribunales internacionales, si Perú algun día se deja de bravuconadas y reclama formalmente... lo demás, es puro show mediático.

lunes, noviembre 07, 2005

Barbados propone iniciar negociaciones para un TLC con el Caricom

SANTIAGO.- El Primer Ministro de Barbados, Owen Seymour Arthur, quien se encuentra de visita en nuestro país, propuso al Presidente Ricardo Lagos iniciar el próximo año una ronda de negociaciones para la firma de un Tratado de Libre Comercio entre Chile y la Comunidad del Caribe (Caricom).

Así lo confirmó el Presidente Lagos tras el encuentro que sostuvieron ambos gobernantes en el palacio de La Moneda. Al respecto, Lagos dijo que Chile está disponible para dar paso a las tratativas.

"Nos ha planteado el desafío de por qué no iniciar, el año próximo, negociaciones para un acuerdo comercial, con lo que ellos llaman la economía de mercado único, que son los países del Caricom. En consecuencia, la posibilidad que nosotros tenemos de insertarnos en una sociedad más permanente con los países del Caricom. Le he dicho que estamos disponibles para el año próximo comenzar negociaciones", declaró el Jefe de Estado.

Lagos valoró el alto grado de coincidencia entre ambas naciones en temas multilaterales y recordó que esa cercanía se expresó claramente durante la IV Cumbre de las Américas, realizada el fin de semana en Mar del Plata, Argentina.

"Hubo coincidencias claras, desde nuestro punto de vista, frente a lo que había que hacer. Hay, sin embargo, también diferencias con otros países en la región, fundamentalmente diferencias que se refieren a los tiempos y los ritmos, pero no sobre las condiciones y las metas. Nadie está en contra de un acuerdo de libre comercio. Lo que se está discutiendo es cuáles son los tiempos y los momentos apropiados para ello", explicó.

A pesar de lo anterior, el Mandatario destacó que el gran avance de la Cumbre fue el acuerdo sobre la necesidad de contar con un comercio internacional justo para todos los países.

"Lo que se logró es importante, porque todos estuvimos de acuerdo en que tiene que haber un comercio justo, que deben eliminarse los subsidios agrícolas, que queremos respeto a los diversos niveles de crecimiento económico, que queremos condiciones asimétricas entre países más grandes y países más pequeños", concluyó.

Chile: por qué le va bien

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Tomado de La Nación, Buenos Aires - Argentina (enlace al pie)

"Recorrer las calles de Santiago es la forma más rápida y barata que tiene cualquier argentino de asomarse a una ciudad del Primer Mundo". Los índices de crecimiento de este país se palpan a cada paso. La Revista indaga en las claves de un fenómeno que no se detiene pero que, a pesar de todo, algunos cuestionan: "el milagro chileno".

SANTIAGO, Chile.– Un Mercedes descapotable transita victorioso por Isidora Goyenechea, una avenida del barrio Vitacura donde a cada paso aparece un restaurante con carta de exóticas propuestas. Es la hora del after office y sobran sitios para detenerse por un buen trago. El paisaje incluye tonos verdes, pero también edificios modernos que se ven perfectamente desde cualquier vereda: no hay carteles que molesten, ni banderas partidarias ni papeles volando por el aire.

En el Valle de la Dehesa, una urbanización enorme en la parte alta de la ciudad, se ven obreros con cascos amarillos, grúas que van y vienen, camiones que desbordan de ladrillos y bolsas de cemento, jardineros que cortan el pasto con esmero frente a casas aún sin terminar, clima de plazos que se cumplen. Es una foto de la película que se ve hoy en Chile: la de un país en expansión, vital, moderno, en permanente construcción.

Allí donde se vaya, la impresión será la misma: orden, limpieza, organización. No hay basura en las calles ni afiches pegados en las paredes, a pesar de que las elecciones presidenciales y legislativas se harán en apenas un mes.

Caminar por Santiagohattan –algunos ya lo llaman así–, la zona financiera ubicada a la entrada del residencial barrio de Vitacura, adonde se mudaron desde el casco histórico de la ciudad las principales oficinas comerciales, de líneas aéreas y de turismo, no deja dudas del cambio de fisonomía de la ciudad. Allí, el visitante se siente más cerca de Nueva York, Londres o Tokio que de cualquier ciudad latinoamericana.

Efectivamente, la brecha entre la capital del país trasandino y sus vecinos de América latina se está ampliando. Y las pruebas están a la vista: el crecimiento de la construcción, el espectacular salto en materia de infraestructura vial, portuaria y aeroportuaria, los niveles de consumo y los cambios que han experimentado las principales ciudades son el ejemplo más visible de un país que crece al 6 por ciento anual, pero que, si se toman los últimos 20 años, lo hizo a un 5,4 de promedio, lo que lo pone, por lejos, como el país de América latina con mejor desempeño. Sin duda, la variable principal detrás de ese crecimiento sobresaliente fue la elevada inversión productiva de los años 90, pero también la convicción de las elites dirigentes de que un país con 15 millones de habitantes y una geografía angosta y larga, arrinconada entre la Cordillera y el mar, debía buscar nuevos mercados, establecer acuerdos de libre comercio y salir al mundo a competir. La bonanza económica se ve en la flamante red de autopistas que une la parte alta de la ciudad con el centro, el aeropuerto y la salida a Valparaíso. También en las avenidas y calles desbordadas de autos de una enorme variedad de modelos, en gran medida importados y que según las estadísticas se renuevan, en promedio, cada dos años. O en el nivel de consumo en shoppings y otros centros comerciales de las zonas más elegantes, como Providencia, Vitacura, Las Condes, La Dehesa, áreas donde se observa la mayor concentración de riqueza y donde se multiplican los rincones exclusivos, como las cuatro cuadras de Alonso de Córdoba, una suerte de Rodeo Drive poblada de grandes marcas. La ciudad –con la red de subterráneos más moderna de América latina– creció camino hacia Farellones, el centro de esquí más cercano que tienen los santiaguinos.

Pero no por ello le dio la espalda a su encantador centro histórico, con la Plaza de Armas, la Alameda, el Palacio de la Moneda y otros edificios patrimoniales que el país ya prepara para los esperados festejos del bicentenario, en los que Chile trabaja desde hace años.Muy cerca, en la sede de la representación diplomática argentina, en la esquina de Miraflores y Huérfanos, el embajador Carlos Abihaggle es un espectador privilegiado de este proceso de transformación que pone a Chile, en muchos aspectos, en el nivel de un país del Primer Mundo. Lo dice sin vueltas: "Tantos años de sufrimiento disciplinaron a la sociedad chilena".

El resultado –en su visión– es un país con reglas y normas que se cumplen, cualquiera sea la ideología, con una alta cultura impositiva y una fuerte institucionalidad. "La gran fortaleza de Chile es su capacidad para tener políticas de Estado y también el haber sabido insertarse en el mundo", dice.

Competitividad

Un ejemplo de este abrirse al mundo es LAN, empresa aérea que el 8 de junio pasado empezó a operar en la Argentina, que aspira captar durante 2006 un 30 por ciento del mercado de cabotaje en las rutas que opera en nuestro país y que proyecta alcanzar una facturación superior a los 150 millones de dólares. "La clase empresarial chilena asume riesgos y cuenta con un perfil muy abierto a la competencia –dice Luis Ernesto Videla, director ejecutivo de LAN–. La búsqueda permanente por mejorar y ser competitivo en el mercado, por mérito propio y sin apoyos externos, ha contribuido a este proceso de modernización."

Pero hay también aspectos culturales que despiertan la atención del visitante: la poca burocracia estatal, los altos niveles de legalidad impositiva y laboral, la eficiencia con que se atiende al ciudadano en las reparticiones públicas. Y la sensación de que los proyectos que anuncia el Estado –la construcción de autopistas en el Sur para sacar por los puertos de Valparaíso y San Antonio los productos exportables, o la promesa de que en quince años Chile será un país bilingüe, por ejemplo– se hacen realidad.

Tanto los informes internacionales de competitividad como los estudios académicos atribuyen el exitoso crecimiento de la economía chilena no sólo al buen manejo de las variables macro, sino también a la solidez de las instituciones públicas, la estabilidad política, el imperio de la ley, la baja corrupción y la previsibilidad. "Creo, sin embargo, que hay otros factores que no se mencionan, pero que son decisivos: una constante preocupación por mejorar la productividad en todos los ámbitos, incluido el sector público, el desarrollo de una cultura de iniciativa y responsabilidad individuales y una menor dependencia del Estado, con una clase dirigente que mira más allá de la coyuntura y es capaz de ponerse de acuerdo en políticas de largo aliento", dice el sociólogo José Joaquín Brunner, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez y director del programa de Educación de la Fundación Chile.

A su entender, los beneficios de este proceso de modernización –crecimiento, mayor bienestar y más consumo– se extienden a lo largo y a lo ancho del país. "Por cierto que hay regiones que crecen más rápido que otras y subsisten diferencias entre las zonas urbanas y las rurales menos dinámicas", asegura.Sin duda, al salir de Santiago y adentrarse en las distintas regiones en que está dividido el país, el visitante se enfrenta a un Chile más humilde, pero hay ciertas características que se mantienen: el orden, la disciplina, la limpieza, el respeto por las normas.

Aprendizajes

La Argentina exporta 4000 millones de dólares por año a Chile (la mitad en concepto de petróleo y gas) e importa por 400 millones. Nuestro país sigue siendo el principal destino de las inversiones chilenas en el extranjero. Tenemos 5000 km de frontera en común, un millón de chilenos vienen por año a la Argentina y 400 mil argentinos viajan a Chile. De los 800 mil chilenos que están en el exterior, 420 mil viven en nuestro país. El proceso de integración es creciente, pero la sensación de los argentinos que visitan Chile, hoy por hoy, es que hay mucho que aprender de ellos.

"Es lindo vivir en un país donde todo funciona. Chile se modernizó, no hay burocracia, se respetan las reglas de juego, a veces con pequeñas variaciones, pero todos siguen un camino –dice la periodista Carmen Jaureguiberry de Molina, argentina, radicada en Chile desde 1970–. Acá la gente sufrió mucho; el país estaba en un pozo. En la gestión de Hernán Bucchi se hicieron muchas reformas dolorosas; la gente aprendió y hoy cuida lo que se consiguió con tanto esfuerzo", asegura.

Ciertamente, la población bajo la línea de pobreza en 1987 era del 45 por ciento y hoy es del 18,8 por ciento. El gasto social por habitante se triplicó entre 1989 y la actualidad.Sin embargo, hay quienes, como Alicia Romo Román, rectora de la Universidad Gabriela Mistral, primera institución privada de educación superior de Chile, sostienen que el presente de nuestros vecinos es el resultado de un proceso que tiene más de 30 años.

"En 1973 el país estaba colapsado. Su vieja institucionalidad se demostró incapaz de resolver los conflictos", asegura. Para Román, la clave de la modernización fue la posibilidad de tener un largo período sin actividad política, donde el gobierno pudo trabajar técnicamente con gente idónea. "A partir de 1990, los gobiernos de la Concertación tuvieron al prudencia de no tocar lo que aquella etapa había sembrado."

También destaca el shock violento con que el país se abrió a mediados de los 70 y el quiebre definitivo con el proteccionismo industrial. "En los últimos 15 años aprendimos a movernos por el mundo", asegura.

En las antípodas, Ricardo French Davis, economista, profesor de Economía de la Universidad de Chile, partidario de la Concertación, que lleva como candidata a Michelle Bachelet, sostiene que Pinochet terminó su gobierno con una imagen de gran reactivación, pero que si se toma el salario promedio de toda su gestión, era menor que en la década del 70, y los niveles de pobreza también. "Muchos dicen que este modelo es el mismo de la dictadura, pero no es así; tuvo importantes correcciones", asegura desde su oficina, rodeada de jardines, en el magnífico edificio donde funciona el cuartel general de la Comisión Económica para América latina (Cepal), de la que es asesor.French Davis cree, sí, que los pueblos aprenden y que la voluntad –desde todo el arco ideológico– de hacer continuidad y cambio y no borrón y cuenta nueva son las verdaderas razones del milagro chileno.

Matices

En el lounge del hotel San Cristóbal Tower, un piso 21 con la mejor vista del río Mapocho y de toda la ciudad, casi no se siente hablar español. Hay norteamericanos, japoneses, europeos. Son huéspedes de toda partes que llegan a Santiago, atraídos por el clima de negocios que se genera en el país. Son los mismos que en sus ratos libres se hacen una escapada a Donde Augusto, el concurrido restaurante del Mercado Central que los acerca al otro Chile, más pintoresco y artesanal. O los que reservan mesa –aun antes de llegar a Santiago– en Zully, el ecléctico y cosmopolita restaurante de moda, en el también de moda barrio Brasil. O que piden el típico lomo "a lo pobre" (con papas fritas y huevos fritos) en el barrio de Miraflores, un San Telmo en miniatura, al pie del cerro Santa Lucía.

Cuando a Luis Maira, representante del gobierno de Ricardo Lagos en Buenos Aires, se le pregunta por qué a Chile le va bien, dice que porque en su país a la política van los mejores, gente con una sólida formación académica que ha elegido la vida pública como una opción. También destaca que la transición chilena se inició en un momento dramático, un mes después de la caída del Muro de Berlín y que los dirigentes chilenos – a diferencia de los del resto de América latina– comprendieron rápidamente el cambio de escenario internacional, incluida la revolución científico-tecnológica, y orientaron sus decisiones en consecuencia.

Pero hubo algo más: "Fuimos moldeados por una dictadura terrible, que nos obligó a ser responsables, disciplinados, serios, hasta diría exitosos, porque el menor problema hubiera hecho que se planteara el regreso a tiempos ya superados".

Maira reconoce que si el fantasma del regreso de Pinochet no los hubiera estimulado a hacer buena letra, tal vez habrían tenido una mayor tendencia al gasto público. Lo que el embajador de Chile en la Argentina señala de los políticos chilenos llama la atención como una característica de la dirigencia trasandina en general: la gente que ocupa los lugares destacados en las empresas y otros estamentos dirigenciales es notablemente preparada. Para decirlo sin vueltas: a los niveles de decisión no llega cualquiera, y hay también una estrecha relación entre la posición socioeconómica y el nivel cultural de los chilenos. Esta segmentación parece bien asimilada por la sociedad.

"El aceptar el lugar que a cada uno le ha tocado, sin resentimientos, genera un clima social muy sano", dice Patricio Ahumada, directivo de una de las cadenas de supermercados más grandes de Chile.Cierto es que el acceso a la universidad no es irrestricto, como en la Argentina. Los estudios universitarios se pagan, incluso en las universidades públicas. La cuota, en ambas, está en el orden de los 400 dólares por mes, pero hay sistemas de becas y los bancos dan créditos.Además, se ve la mano del Estado en la infraestructura educativa: la mayoría de las escuelas, aun las de los barrios más humildes, tienen excelentes edificios. "Si el Estado dice que dentro de cinco años va a entregar equis cantidad de casas, o de rutas, o lo que sea, no hay ninguna posibilidad de que no cumpla", dice Ahumada.

Todo esto no impide que el "modelo" chileno también despierte críticas internas. Las que hicieron más ruido últimamente provienen de Felipe Lamarca, uno de los más conspicuos representantes de la elite empresarial chilena y ex titular de la poderosa Sociedad de Fomento Fabril, Sofofa.

"Hay que introducir cambios para que el mercado funcione con más competencia y menos concentración de poder –dice Lamarca–. Es urgente hacer reformas. En un sistema que sólo tiene de mercado el nombre, pero donde todos los poderes están concentrados, el chorreo (hacia las clases más desposeídas) funciona a goteo", advirtió.

El salario promedio es de 350 mil pesos chilenos, unos 600 dólares, muy bajo para el nivel de vida y de consumo que tiene actualmente la sociedad chilena. Las estadísticas arrojan que hay 250 mil familias viviendo en la extrema pobreza."Lo macro va bien; el problema es lo micro. Hay un gran desarrollo económico, pero los índices dejan que desear en desarrollo humano", afirma Vicky Quevedo, directora de Foro Ciudadano, una ONG que trabaja con organizaciones sociales comunitarias.En la sede de la Fundación Avina, en el corazón de Providencia, Vicky y su colega Juan Carlos Cárdenas, director ejecutivo de Ecocéanos, organización ciudadana independiente que trabaja por la conservación y el desarrollo sustentable, expresan sus reparos con el llamado "milagro chileno". "Chile parece la buena casa en el mal barrio", se lamenta Cárdenas. "La cara exitista del modelo se contradice con otra realidad: la de un país que tiene una de las peores distribuciones de riqueza del mundo y donde la brecha entre ricos y pobres es enorme", se indigna.Pero, como señala Patricio Fernández, director de la transgresora revista The Clinic, lo interesante del Chile de hoy es que esa preocupación ya no es privativa de la izquierda, que desde todos los sectores hay coincidencia en atacar la amenaza de quiebre social que genera la concentración de la economía.

Desde su oficina, en la calle Santo Domingo, Fernández analiza: "La gente se ha ido liberando del patrón autoritario y de que tiene que pedir permiso para vivir". Una prueba son los 55 mil ejemplares que vende este quincenario, que revolucionó la manera de hacer periodismo en Chile y que hace apenas 7 años era considerado un producto marginal."Todavía hay mucho por hacer –se entusiasma–. Pero el proceso que estamos viviendo en este país es muy bueno."

Por Carmen María Ramos (enviada especial)

Carabineros

Los estudios de opinión destacan a Carabineros como una de las tres instituciones con mayor credibilidad ciudadana.

"Desde el poder político se ha estimulado la conciencia colectiva de que la función policial que ejercen es muy importante para la ciudadanía y en el seno de la institución, que la ciudadanía es el principal cliente de los carabineros, por lo cual se debe fortalecer el proceso de integración", dice Felipe Harboe, subsecretario de Carabineros de Chile.

"Este país ha sido ubicado en el primer lugar del mundo en manejo macroeconómico. Estas condiciones, sumadas a la estabilidad política, permiten dar continuidad y profundizar los esfuerzos en mejorar la distribución del ingreso como elemento clave en la prevención social del delito", asegura.

Los nuevos argentinos

Por Alfredo Sainz

Recorrer las calles de Santiago es la forma más rápida y barata que tiene cualquier argentino de asomarse a una ciudad del Primer Mundo. Las veredas están limpias, el parque automotor ha sido completamente renovado (es imposible cruzarse con un Renault 12 o un Duna) y casi no se ven villas miseria. Esta primera impresión que se lleva el turista se confirma cuando se analizan algunos datos concretos de la economía. Del otro lado de la Cordillera, el desempleo se ubica por debajo del 9%, sin la necesidad de implementar subsidios del estilo Jefes y Jefas de Hogar, la deuda externa pública no llega a los US$ 10.000 millones y en los últimos diez años la tasa de pobreza cayó a menos de la mitad.

Los innegables éxitos del llamado modelo económico chileno –cuya única mancha es la distribución del ingreso, ítem en el que el país continúa mostrando uno de los peores índices de la región– también se tradujeron en una expansión de sus empresas en la Argentina y en otros países de la región.

La primera ola de inversiones se concretó a principios de los 90 y no terminó del todo bien para la mayoría de las compañías chilenas, en parte por la recesión que se desató en la Argentina a partir de 1998 y, además, porque no supieron amoldarse a un mercado diferente e intentaron aplicar su receta de negocios sin ningún tipo de adaptación.

No es un punto menor. Por momentos, los chilenos corren el peligro de convertirse en los nuevos argentinos, al menos en la consideración de sus vecinos. No son pocos los que los acusan de creerse que se las saben todas a la hora de encarar un negocio y de jactarse, al mejor estilo porteño, de poder hacer lo que quieren en otro país. Quizá deban tener en cuenta una lección: es un gran mérito acercarse a la riqueza (¡ojalá pudiéramos los argentinos!), pero es muy feo aparecer como un nuevo rico.

* El autor es periodista de la sección Economía

La otra cara del éxito

La salmonicultura es una de las industrias estrella de la gestión de Ricardo Lagos y refleja la tan buscada articulación entre la inversión transnacional, los sectores emergentes chilenos, la tecnología, la mano de obra y los recursos naturales. Creció 1900 veces en los últimos 15 años, por lo que Chile ya es el segundo productor mundial en salmones, detrás de Noruega. La industria se concentra en la región de los lagos, en Chiloé. Se trata de la X Región, que hace quince años era la séptima más pobre del país y hoy ocupa el sexto lugar. "Esto significa que el crecimiento no chorrea", dice Juan Carlos Cárdenas, de Ecocéanos.

"El 80 por ciento de la gente gana allí 280 dólares, que es el salario mínimo; trabaja 14 horas de pie, y con horas extras gana 320 dólares. Se trata de la región del país con menor desempleo, pero con el empleo de peor calidad. Esto nos dice que en Chile tenemos empresarios con estándares del Primer Mundo en productividad y del Tercer Mundo en desarrollo humano", asegura.

Link corto: http://www.lanacion.com.ar/753232

Perú y su uso y abuso de Chile, en su política interna

La llegada, del profugo ex-presidente peruano Alberto Fujimori a Chile, demuestra una vez más, como los peruanos usan y abusan de Chile, para su política interna.

Es sabido el resentimiento y desprecio que sienten muchos peruanos hacia los chilenos (desde tiempos coloniales).

Los constantes conflictos, algunos absurdos (como recriminar a Chile que una canción folklórica de la compositora Violeta Parra, diga que la papa es chilena, cuando ellos reclaman formalmente su "paternidad") son constantemente alentados por políticos demagogos, que sin propuestas de futuro, absolutamente desacreditados ante sus votantes y con el único interés de abrazarse al poder a como de lugar, pretenden aparecer como "defensores de la patria, contra la rapiña y arrogancia chilena".

Con todo... de una cosa podemos estar seguros. Mientras los votantes peruanos sigan cayendo y creyendo en esos juegos demagógicos, continuarán siendo gobernados por los mismos incompetentes y corruptos que los han dominado desde siempre... y por lo tanto, seguirán postrados en la pobreza... pero arrodillados sobre abundantes depositos de oro, petroleo, gas, biodiversidad, agua.... y culpando a Chile, por todas sus desventuras.... como ha ocurrido desde tiempos coloniales (en su disputa por posicionar al Callao como principal puerto del Pacifico, frente a Valparaiso, y especialmente a partir del siglo XIX... cuando Perú aliado con Bolivia, fueron derrotados en dos ocasiones por el "raquítico" Chile).


El siguiente párrafo, tomado de un diario peruano del siglo XIX, deja clara su postura respecto a Chile.

"La Patria, Lima 12 de enero de 1880.

"Chile, aquel pueblo raquítico, pobre, arrojado al extremo del mundo, tenía y tiene vida prestada; su preponderancia, como granero es efímera y poco duradera; su preponderancia marítima comercial se debe al paso del estrecho y del Cabo, y vacila a los anuncios de la apertura del canal de Panamá, su preponderancia minera cae sin esperanza día a día y su agricultura no se acrecienta porque ha dado cuanto dar puede aquella tierra angosta y estropical.
Chile esta predestinado a la oscuridad, a la mediania; su estrella ha llegado a su mayor culminación y se opaca por la fuerza misma de las cosas, porque el progreso de las naciones sus vecinas y el progreso general de América es su muerte!!!!"
ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.